Aunque
Suiza a veces es sinónimo de paraíso fiscal por su legendaria política de
secreto financiero, en realidad Estados Unidos se está convirtiendo en un
destino con similares características.
Según
un reporte reciente de Bloomberg, cada día aumentan las ofertas para atraer la
atención de personas muy ricas provenientes de todos los continentes. Estos
individuos se ven atraídos a trasladar sus fortunas fundamentalmente por los
reducidos impuestos que deben pagar por ese dinero.
De
acuerdo con información ofrecida por Andrew Penney, el director de Rothschild
& Co., la patria de Washington sería “el nuevo gran paraíso fiscal o la
nueva Suiza”, al tiempo que los funcionarios gubernamentales encargados de la
economía dan cada vez más muestras de no pretender acatar las nuevas normas
para la divulgación de las informaciones bancarias dictadas por la Organización
de Cooperación y Desarrollo económicos (OCDE).
Esto
favorece el desarrollo de un reciente mercado de ciudadanos extranjeros con
intenciones de esconder su fortuna en territorio norteamericano, un fenómeno
que es ya visible tanto en Nevada como en Wyoming o en Dakota del Sur.
“Qué
ironía –no, qué perversión–, que Estados Unidos, que siempre ha sido muy
crítico contra los bancos suizos, se haya convertido en una entidad que aplica
el secreto bancario”, declaró Peter Cotorceanu, un abogado del gabinete
jurídico suizo Anaford AG, citado por Bloomberg.
Si
se demuestra que no hay evasión fiscal, no hay nada de ilegal en las acciones
de no pocos bancos norteamericanos para atraer capital extranjero con la
promesa de guardar el secreto bancario. Pero es curioso que este sea uno de los
pocos países en los que los consejeros bancarios promueven cuentas que
permanecerán en un secreto absoluto.
Uno
de los ejemplos más notables es el de Rothschild & Cp., una vieja
institución financiera europea, que ha abierto en Reno, Nevada, una sociedad
fiduciaria capaz de recibir fondos provenientes de fortunas extranjeras.
Ese
estado del oeste norteamericano se encuentra ya en mejores condiciones que
paraísos fiscales “famosos”, como las islas Bermudas y las islas Caimán.
Por
su parte, Trident Trust Co, uno de los más grandes proveedores de fideicomisos
offshore del planeta, transfirió en diciembre último decenas de cuentas de
Suiza, Gran Caimán y otras ciudades, nada menos que a Sioux Falls, en el este
de Dakota del Sur.
“Me
sorprendió ver llegar a tanta gente que tenían cuentas en Suiza y que ahora
deseaban retirar sus fondos de Suiza”, declaró Alice Rokahr, presidente de
Trident.
Sin
embargo, ninguno de estos extranjeros hace referencia a evasión fiscal. “Yo no
escucho a nadie decir ‘quiero evitar los impuestos’. Son solo personas
legítimamente preocupadas con respecto a su salud y a su bienestar”, afirmó
Rokahr.
Según
los expertos, la desaparición de los paraísos fiscales no es algo previsto para
dentro de poco tiempo. Todavía en territorio suizo se conservan 1.9 billones de
dólares que escapan a los controles fiscales de sus países de origen, de
acuerdo con Gabriel Zucman, profesor de economía de la Universidad de
California de Berkeley.
Durante
décadas, Suiza ha sido la meca de las cuentas bancarias secretas. Pero estos
son otros tiempos.
FUENTE: Bloomberg.
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