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8/12/16

BANCO COUTTS SANCIONADO CON 2.4 MILLONES POR SU GESTION DE CUENTAS DE CLIENTES DE ALTO RIESGO



El 2 de diciembre. el Banco Central de Sinagapur ordenó al banco Coutts pagar $2.4 millones por infracciones anti blanqueo relacionadas con el escándalo de fondo 1MDB de Malasia. Otro banco británico, Standard Chartered, fue sancionado con $3.65 millones.
En 2012 la entonces FSA británica multó a Coutts con £8.75m por inadecuados controles antilavado con los clientes de alto riesgo.
Coutts, desde el año pasado es propiedad del banco de inversión Union Bancaire Privéees, quien proveyó de oscuros servicios offshore a poderosos clientes corruptos, incluido un integrante de la familia real de Brunei, acusado de robar miles de millones de dólares de fondos públicos en su país, y un banquero condenado por ayudar a los hijos del depuesto presidente egipcio Hosni Mubarak en delitos financieros.
De acuerdo con documentos filtrados en los llamados Panamá Papers, Coutts manejó las transacciones financieras en paraísos fiscales del hermano menor del Sultán de Brunei, el príncipe Jefri Bolkiah, como también del banquero egipcio de fondos de inversión Hassan Heikal.
Una serie de correos electrónicos secretos entre Coutts y el despacho de abogados panameño Mossack Fonseca dejó al descubierto las transacciones ilegales entre el banco británico con sede en Londres y varios poderosos clientes internacionales corruptos.
Mossack Fonseca incluso consideró a esos clientes como “de alto riesgo” por lavado de dinero y corrupción.
Jefri, que entre 1986 y 1998 fue ministro de Finanzas del Sultanato de Brunei, había sido sentenciado por una corte británica a pagar 15 mil millones de dólares que sacó de un fondo de riqueza soberana de su país — que él mismo presidía–, en tanto que Heikal espera ser sentenciado tras haber sido acusado en 2012 por facilitar información privilegiada en transacciones financieras.
Ambos eran clientes exclusivos de Coutts en la isla de Jersey, un pequeño paraíso fiscal ubicado en el Canal de la Mancha, al sur de Inglaterra.
Según los documentos filtrados, Jefri desvió miles de millones de dólares del fondo público Brunei Investment Agency para adquirir, a través de compañías fantasmas en paraísos fiscales, hasta 500 propiedades exclusivas en el mundo –entre ellas siete mansiones en el centro de Londres–, como también automóviles de lujo, cuadros de Renoir, Monet y Degas, cinco yates y nueve aviones privados Boeing 747 especialmente diseñados para transportar a sus caballos de polo.
Cuando Mossack Fonseca se enteró de las actividades del príncipe, decidió dar un paso al costado como ‘agente intermediario’, al advertirle a Coutts que las compañías de Jefri “eran muy riesgosas” y que podían atraer la atención de los reguladores y las autoridades financieras.
“Las actividades entre el Brunei Investment Agency y el príncipe Jefri terminaron a finales de 2014, cuando ese fondo público aceptó que el príncipe había cumplido con los requisitos de la causa (para devolver parte de los fondos robados)”, explicó el abogado defensor de Jefri, David Sandy.
Para cumplir con esos requerimientos, Mossack inició una auditoría junto a Coutts en junio de 2014, pidiéndole al banco británico que enlistara a todos los clientes que tenía en su sede de Jersey con compañías fantasmas.
Los correos electrónicos del caso que aparecen en los Panamá Papers revelaron que gracias a demoras en ambas partes y debido a varios correos postales que se perdieron en el camino, se demoró hasta septiembre de 2015 para que se obtuviera la información requerida, 15 meses más tarde de lo debido.
Las revelaciones generan nuevos interrogantes acerca de la efectividad de los controles por parte del fisco británico a Coutts, que hace nueve años había sido multado con 9 millones de libras esterlinas (11.4 millones de dólares) por “graves errores” en sus cuentas con clientes de alto riesgo, incluidos aquellos con conexiones políticas y sospechosos de lavado de dinero.
El banco privado de la reina Isabel II y varios de los miembros de la Familia Real británica admitieron que maneja cuentas de al menos 11 “clientes de alto riesgo”, incluido Hassan Heikal.
La contraparte
Por su parte, Eleanor Nichol, activista del grupo anti-corrupción Global Witness (Testigos globales), calificó de “asombroso” que justamente Mossack Fonseca –acusada por decenas de irregularidades a raíz del caso Panamá Papers– expresara preocupación por las transacciones financieras entre el príncipe Jefri y Coutts, y que el banco no hiciera nada al respecto.
“Después de todo, este es el banco de la Reina. Este caso genera serios interrogantes acerca de si las entidades bancarias del Reino Unido están cumpliendo como deberían con los estándares para controlar a sus clientes antes de aceptar su dinero”, afirmó Nichol.
“La realidad es que los bancos juegan un papel integral a la hora de facilitar la corrupción, y esa es una de las principales razones por las que los países pobres siguen siendo pobres. Las personas con grandes cantidades de dinero sucio no lo esconden debajo de sus colchones, utilizan a bancos cómplices para hacerlo”, destacó.
Y denunció que al menos un 75% de los bancos británicos no hacen suficiente para impedir que ese flujo de dinero sucio ingrese a sus cuentas.

Fuente: CapitalNet

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