El Clarín de Argentina
informó en horas de la mañana que a través de la compra de futbolistas, un
crematorio, uso de dinero en efectivo e inyecciones de capital a clubes de
futbol en ascenso, fueron lavadas las ganancias ilícitas de una organización
narco colombiana dedicada al tráfico de cocaína por medio de arroz.
“Narcoarroz” fue el nombre
dado por las autoridades argentinas al intento de traficar cocaína boliviana
impregnada en arroz desde Argentina hacia Guinea Bisáu, vía marítima. El envió
se realizaba alegando una razón humanitaria en el marco del programa asistencia
de Naciones Unidas “Hambre Cero”. Los responsables eran una organización narco
colombiana nacida de la estructura del Cartel del Norte del Valle y liderada
por el clan de los hermanos Triana Peña, quienes llegaron a la Argentina en
2010 e incluso lograron su radicación pese a que algunos de ellos tenían
antecedentes por narcotráfico y lavado en Colombia.
En 2014, según informó el
Clarín, se logró intervenir una llamada telefónica entre dos de los principales
protagonistas de este caso, Guillermo Heisinger y Carlos Yorelmy Duarte Díaz,
en la cual el negocio quedaba planteado. El abogado Guillermo Heisinger que en los años 90 había ostentado el cargo
de secretario de Coordinación del Ministerio del Interior acababa de ser
informado que ya podía asegurarle a su socio colombiano, Carlos Yorelmy Duarte
Díaz, que todo estaba listo para lavar dinero del narcotráfico a través de la
compra de futbolistas de Rosario Central. “Decile a Duarte que si quiere los
jugadores de Central, los de Primera, ya tengo todo listo”.
El acercamiento al club
rosarino era una de las tantas inversiones que la organización había planeado
para el lavar sus ingresos. Aun así, existían otras más: partidos de fútbol
internacionales con la selección de Colombia, organizados junto a la firma Full
Play (luego investigada en el FIFAgate) con la cancha de San Lorenzo como
escenario; inversiones en un club del ascenso como El Provenir; millones de
pesos puestos en un crematorio en Villa Gobernador Gálvez con fines poco
claros; una cifra similar colocada en un depósito fiscal de la localidad
bonaerense de Berazategui; y coqueteos con municipios como Vicente López, Avellaneda
y Ezeiza para colocar luminarias en plazas.
Ahora, a tres años después
los primeros operativos, arrancó la segunda etapa de la investigación, centrada
en el lavado de activos provenientes del narcotráfico.
La investigación por lavado
derivada de “narcoarroz” incluye los movimientos de 23 sociedades con las
cuales, en 314 transacciones, los narcos lograron lavar alrededor de 14
millones de dólares.
La investigación de las
Procuradurías permitió revelar los detalles de una gran variedad de maniobras.
Algunas sólo consistieron en gastar la plata de la droga, como cuando se
pagaron 600.000 pesos en efectivo por la construcción de una piscina. Otras se
hicieron sólo para justificar ingresos, como cuando Duarte Díaz alquiló letras
del Tesoro de Estados Unidos a través de la firma Swiss Capital. Las terceras,
más complejas, consistieron en invertir grandes cantidades de dinero para que,
como en una licuadora, el dinero negro se mezclara con el blanco. Un verdadero arte
que tanto puede servirse de jugadores de fútbol como de la necesidad de cremar
cadáveres.
Fuente: Infolaft
No hay comentarios:
Publicar un comentario